Están creando una generación de robots capaz de sentir el contacto físico a través de una piel electromecánica que reaccionan ante la presión enviando señales eléctricas que el cerebro del robot debe interpretar como resistencia física, al igual que lo hace el nuestro. Los robots (aunque sería más útil en las prótesis) del futuro no sólo estarán "conscientes" de la materialidad del mundo, si no que al recibir señales muy fuertes podrían interpretarlas como dolor.
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